3 de junio de 2011

Free Rider y El Dilema Del Prisionero en el Medio Ambiente

Gustavo Dávalos Calderón
RESUMEN
En general, los problemas ambientales surgen porque la actividad económica de algunos agentes (empresas, generalmente) afecta de manera negativa a otros agentes sociales (víctimas), y a menudo, no existe una completa definición de los derechos de propiedad (no existe un mercado de la externalidad) que solucione el problema entre dichos agentes.
El objetivo de este trabajo es analizar y reflexionar sobre el modelo de reputación de Free Rider y del Dilema del Prisionero y su aplicación en las estructuras de mercado con respecto al medio ambiente.
Palabras claves: Economía, Dilema del prisionero, Free Rider, viajero sin billete.
ABSTRACT
In general, environmental problems arise because the economic activity of some agents (firms, usually) negatively affects other actors (victims), and often, there is no comprehensive definition of property rights (there is no market externality) that resolves the problem between these agents.
The aim of this study is to analyze and reflect on the reputation model of Free Rider and the Prisoner's Dilemma and its application in market structures with respect to the environment.

EPILOGO

In generale, i problemi ambientali dovuti al fatto che l'attività economica di alcuni agenti (imprese, di solito) influisce negativamente altri attori (le vittime), e spesso, non esiste una definizione esauriente dei diritti di proprietà (non esiste un mercato esternalità) che risolve il problema tra questi agenti.
Lo scopo di questo studio è di analizzare e riflettere sul modello reputazione del Free Rider e il dilemma del prigioniero e la sua applicazione nelle strutture di mercato per quanto riguarda l'ambiente.

INTRODUCCIÓN
En nuestros días, la Economía es frecuentemente dirigida en términos de la Teoría de Juegos, ya que ésta es una herramienta muy adecuada para formalizar el problema de cómo los agentes individuales, tales como empresas, deben actuar en una situación de competencia. Como las ganancias de cada competidor se ven afectadas por las decisiones que los demás competidores realicen en cuanto a precio, producción, inversión, capacidad instalada, innovación tecnológica, entre otros, las interacciones y los acuerdos que surgen en el mercado de productores deben ser considerados cada vez con mayor seriedad.
El Dilema del Prisionero es un juego de "dos-personas", no obstante sus aplicaciones pueden darse en múltiples situaciones dónde se involucran a numerosas personas o actores sociales. Una modelación del Dilema del Prisionero a manera de “superjuego” en el que analiza las diferentes estrategias de cada jugador en el juego repetido. Straffin encuentra que no hay una estrategia dominante, produciendo un equilibrio cooperativo. Sin embargo, la cooperación es alcanzada en un escenario de demostración intuitiva
Existen numerosas interacciones en el mundo de hoy similares a la planteada: grandes congestiones de tráfico y polución, depredación del medio ambiente y alto riesgo personal para los seres humanos, sobre explotación de los recursos renovables y no-renovables y alto riesgo alimentario o aparición de enfermedades como la de las "Vacas Locas", etc., en las cuales las decisiones "racionales" individuales llevan a desastrosos resultados (de corto, mediano y largo plazo) para quienes las toman y para la sociedad en su conjunto.
Pero además se puede aplicar a muchas otras cosas más allá del comportamiento de seres humanos individuales, países, organizaciones, economía, ciencia política y sociología, además de ciencias biológicas como etología y biología evolutiva.
¿En qué consiste el juego?
La policía detiene a dos sospechosos de un atraco. Al no tener suficientes pruebas para condenarlos, separan a los dos y les proponen el mismo trato: Si uno se convierte en delator y el otro no confiesa nada, el que no diga nada será condenado a 30 años y el que confiese será absuelto.
• Si los dos callan, se les condena a seis meses a cada uno por cargos menores.
• Si los dos confiesan, se les sentenciará a 10 años a cada uno.
Se parte del principio de que los dos sospechosos son completamente egoístas y sólo desean reducir al máximo su condena. Cada uno tiene dos opciones: cooperar con su cómplice y callar, o traicionar a su cómplice y confesar.
El resultado de cada opción depende a su vez de la del otro sospechoso.
Sin embargo, ninguno de los dos conoce la decisión de su cómplice. Aunque pudieran hablar, no podrían confiar el uno en el otro.
Estadísticamente, la confesión es la estrategia dominante para ambos jugadores (prisioneros en este caso). La ironía radica en que los dos deciden confesar y someterse a diez años cada uno, aunque podrían haber cooperado, pasando sólo un año entre los dos. Por tanto en el "dilema del prisionero" la búsqueda del máximo beneficio a toda costa lleva a renunciar al beneficio mutuo de la opción cooperadora.
El "dilema del prisionero" representa un modelo competitivo y egoísta que podemos observar cada día en nuestra sociedad: los problemas actuales de contaminación, el agotamiento de las reservas de combustibles, la deforestación, el uso de los medios de transporte privado colapsando las vías de comunicación, etc.
Es un sistema que pretende ganar deprisa, sin pensar en el mañana.
Ejemplos en la vida real
Por ejemplo, el escenario del dilema del prisionero se usa a menudo para ilustrar el problema de dos estados involucrados en una carrera armamentística. Ambos razonarán que tienen dos opciones: o incrementar el gasto militar, o llegar a un acuerdo para reducir su armamento. Ninguno de los dos estados puede estar seguro de que el otro acatará el acuerdo; de este modo, ambos se inclinarán hacia la expansión militar. La ironía está en que ambos estados parecen actuar racionalmente, pero el resultado es completamente irracional.
La banca también se enfrenta hoy a su propio dilema del prisionero: abrir o no abrir el grifo del crédito. Saben que existe un riesgo real de colapso económico, que si bloquean en exceso el acceso a los créditos, la economía puede paralizarse. Y que si eso sucede, ellos también saldrán condenados: les caerán sus buenos años de recesión. Si toda la banca colaborase entre sí y ayudase a las empresas con el crédito, la crisis sería más corta. Pero en el mundo financiero, como en el dilema del prisionero, cada banco se mueve según su propio interés egoísta. Si sólo un banco abre la mano, mientras el resto ejerce de chivato tacaño, el valiente puede acabar en la quiebra, por generoso.
Para un estudioso de la teoría de los juegos, en el Dilema del Prisionero, la estrategia para dirimir el dilema es clara traicionar porque como el objetivo del juego es el de estar preso el menor tiempo posible, la estrategia adecuada para cada preso es la de no cooperar con el otro.
No importa lo que la otra persona haga, para cada uno de los presos la mejor estrategia es no cooperar con el compañero. Pero si la situación se repitiera VARIAS VECES, sin duda la mejor estrategia sería la de no hablar con la policía. Cada uno de los presos cae en una situación de falta de confianza en el otro, y en parte esto se produce porque consideran la situación como única y definitiva, así entonces lo racional es buscar la satisfacción del interés personal inmediato y traicionar al colega bandido.
Moraleja de la historia: La toma de decisiones enfrenta en sí misma un dilema ya que desde el punto de vista de cada uno, ES racional confesar, pero NO LO ES desde un punto de vista colectivo.
Para solucionar este dilema es necesario ir mas allá de las formulaciones simples sobre las que generalmente se basan nuestros análisis de la realidad.
El problema con los falsos supuestos es que fácilmente nos llevan a situaciones sociales erróneas y sin salidas. No obstante, las representaciones de la realidad que guían nuestras acciones sin soporte verdadero en hechos comprobables, rodean las percepciones de nuestra vida política y social.
Cooperación y supervivencia.
No obstante si los hombres utilizan el poder de la cooperación para saquear el medio ambiente, esta puede ser la causa de nuestra extinción como especie. Así la idea de cooperación debe ir necesariamente acompañada de la idea de humanidad.
A pesar de que concebimos la evolución como un resultado de la competencia de todos contra todos, existe evidencia racional, alejada de cualquier principio moral, que demuestra que aquellos que juegan a “pagar con la misma moneda” de una manera escrupulosa ganan mayores puntos, y sobreviven. Los que no lo hacen ganan menos puntos y tienden a la extinción. Si pudiéramos evitar la destrucción de nosotros mismos y de nuestro planeta, tal vez podamos aprender el significado de la cooperación.
Para dos guerreros enfrentados el que una de las partes no esté dispuesta a disparar para la otra representa una ventaja para esta última. Pero es más claro que si ambas partes recurren a esta alternativa, ambos saldrán ganando ya que no serán eliminados por el otro. Una guerra es un juego de suma cero. No importa si es justa o no. Personas mueren, bienes se destruyen, etc.
Una Solución Integrativa para el Dilema el Prisionero
El dilema del prisionero tendría una solución mucho más clara (y menos angustiosa) si pudiéramos:
Actuar basados en el establecimiento inicial de propósitos claros a lograr, en lugar de comenzar recelando y desconfiando de la otra parte.
Cuestionar y evaluar nuestras suposiciones sobre la otra parte procurando entender de la mejor manera posible los mensajes, y no de la peor manera, como acostumbramos a hacer tradicionalmente, y siendo simples y directos en nuestras apreciaciones
Examinar el tema de la confianza (y desconfianza) desde la perspectiva de las dos partes, teniendo presente que es mucho más fácil destruir la confianza que crearla
Tratar de no jugar el Dilema del Prisionero, pero si nos vemos obligados a ello, tratar de cambiar el juego, mostrando, si es preciso, nuestro desacuerdo cuando nos ataquen.
Ejemplificamos el punto mediante el caso de una empresa que contamina el aire. Si la ley vigente, la cual define en este caso los derechos de propiedad, concede a la empresa el beneficio de contaminar sin ofrecer compensaciones, los residentes cercanos deberán ofrecerle a la empresa una cierta suma a cambio de reducir los niveles de emisión. Si por el contrario, la ley protege los derechos de los residentes, será la empresa la que deba compensar a las familias afectadas por concepto del daño provocado. Debe entenderse que nunca la contaminación será totalmente eliminada, puesto que inevitablemente habrá un punto en que reducir marginalmente la contaminación tendrá un costo equivalente al beneficio generado.
FREE RIDER
Problema del Parasito o del consumidor que no paga (free-rider) , desde esta perspectiva, un parásito es alguien que consume sin pagar. En el caso de los bienes públicos existe un incentivo para que las personas puedan consumir sin pagar, ya que no se les puede excluir de su consumo.
En consecuencia, los principios de no-exclusión y no rivalidad caracterizan al bien público, lo cual, a su turno, significa que tienen lugar externalidades, es decir, como queda dicho, que gente se beneficia del bien sin haber contribuido a su financiación (free-riders) o también, en otros casos, gente que se perjudica (externalidades negativas o costos externos), situación esta última en la que los free - riders son los emisores de externalidades.
Una acción colectiva que impida llevar adelante esta actitud por medio de sanciones, e inste a pagar una cuota de responsabilidad que sea proporcional por la parte del bien público. (Diferencias entre grupos grandes y pequeños).

MATERIALES Y MÉTODOS
La información en este contexto, se mantiene que los bienes públicos deben ser provistos por el gobierno, ya que, de ese modo, se continúa diciendo, los beneficiarios de externalidades positivas financiarían el producto en cuestión vía los impuestos. Y, por tanto, no habría free riders y, por ende, desaparecería esa “falla del mercado” (la producción de externalidades no internalizables)
En este mismo argumento se sostiene que si el gobierno no provee ese bien, el mercado no lo produciría o, si lo hiciera, sería a niveles sub-óptimos, puesto que los productores particulares tenderán a sacar partida de la externalidad especulando con la posibilidad de constituirse en un free-rider (es decir, a la espera de que otro sea quien lo produzca y, por tanto, cargue con los gastos correspondientes). Del mismo modo, se ha sostenido que en caso de una externalidad negativa el gobierno debe compensar la acción del responsable (free-rider).

CONCLUSIONES:
A menudo, se aplica precisamente el escenario del dilema del prisionero: está en el interés de ambos sospechosos el confesar y testificar contra el otro prisionero/sospechoso, incluso si ambos son inocentes del supuesto crimen.
Se puede decir que, el peor caso se da cuando sólo uno de ellos es culpable: no es probable que el inocente confiese, mientras que el culpable tenderá a confesar y testificar contra el inocente.
Este sorprendente resultado en el cual acciones individuales resultantes de un análisis racional hecho por las dos personas involucradas lleva a muy malas consecuencias frente a las finalidades de maximizar la utilidad individual que cada uno busca, ha tenido un poderoso impacto en las ciencias sociales modernas.
El poder del "Dilema del Prisionero" reside en su capacidad para poder explicar que la "racionalidad" puede volverse en contra de los seres humanos y que es necesario buscar formulas alternativas para solucionar los dilemas. Quizás se podrá aducir que el planteamiento del Dilema del prisionero adolece de ingenuidad o que no es realista frente a las características fundamentales del ser humano, no obstante sus propias debilidades pueden señalar el camino para superarlas:
Es necesario que se revelen las verdaderas preferencias de los consumidores para poder estimar la cantidad óptima de bienes públicos que deben ser suministrados. Pero aunque los bienes vayan a suministrarse de forma gratuita, los consumidores estarán tentados de obtener sin merecerlo

FUENTES:
Poundstone, William. El dilema del prisionero
http://www.iescarrus.com/edumat/ficheros/pdf/taller/dilema.pdf

1 comentario:

  1. Interesante el texto, creo que no hubiera dilema si tan solo las personas se colocaran en el lugar del contrario y tratar de ver lo que el otro ve. En el ejemplo de los prisioneros tendrian una menor condena.
    En el ejemplo de las fabricas y el medio ambiente, en este caso los humanos tendrian que "ver con los ojos de la naturaleza" y por ellos mismos. pero lamentablemente nuestra formacion que nos implantan desde niños es solo para obtener cosas materiales y no espirituales(no confundir VALORES con lo espiritual), es por tal razon que solo contaminaremos y depredaremos este planeta hasta que podamos ver con los ojos de la naturaleza y espero que no sea demaciado tarde cuando lo hagamos.

    Victor D. Manrique

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